Nos ha tocado en suerte una época en que todo se escurre ante nuestras miradas y el asombro adquiere un valor relativo. Sin embargo, como bien dijo el poeta cubano Heberto Padilla: “está obligado el ojo a ver, a ver, a ver.” En los quince ensayos y comentarios reunidos en Una medida inexacta, Reinaldo García Ramos quiere dejar constancia de lo que ha visto y de lo que piensa al respecto. Aunque el acontecer se diluya en la “modernidad líquida” de que habla el filósofo Zygmunt Bauman, todo intelectual tiene el deber de rescatar esa porción de la realidad que por derecho le pertenece y que otros pudieran escamotear o sepultar en el olvido. La Historia no es un ente autónomo ni una entelequia, sino una materia susceptible de manipulación, y el tiempo no siempre pone las cosas en su sitio, como nos gusta creer. Hay que ir encajando las piezas de ese entramado antes de que la indiferencia o la mala fe las hagan desaparecer. En este volumen, García Ramos responde a la necesidad de exorcizar los demonios acumulados en su conciencia y recuperar una parte del alma nacional, “un estilo de vida que nos han quitado”, como diría María Zambrano. En suma, este libro nos advierte que la erosión sistemática de nuestro pasado nacional no debe quedar impune.