En El rastro, Antonio Ortuño sigue el ritmo vertiginoso que caracteriza a su obra, dando saltos en el tiempo y el espacio para confrontar al lector con el México donde todo es posible: Paulo, un joven que cursa la preparatoria, desaparece en Casas Chicas y es buscado por Luis, su mejor amigo, y su hermana Sofía. En su busca, Luis y Sofía descubren que el caso de Paulo no es el único; son más los desaparecidos. Durante esos días, Luis recuerda la noche en que conoció a Sofía oculta entre los arbustos de un parque, y los días que siguieron después de que decidieran emprender una aventura que reveló una historia mucho más tenebrosa de lo que imaginaron. Recuerda también el primer beso que se dieron, la carta que nunca se atrevió a entregarle y la furia que lo envolvió luego de que Sofía desapareció de su vida sin ninguna explicación para reaparecer, años más tarde, justo en la casa de su mejor amigo. El rastro ofrece una narración ágil que atrapa al lector por la trama y lo deleita por el audaz manejo del lenguaje, lo cual hace que esta novela sea una excelente puerta de entrada para que los jóvenes lectores transiten hacia otras lecturas.
- Primera parte. Un asunto de gatos
- Segunda parte. En medio de la nada
- Tercera parte. Bodas de oro