Los caminos, los recursos, las imaginaciones, asociaciones e invenciones que siguen y de que echa mano Alfonso Reyes en estos ensayos son la variedad misma. Como si cada vez inventara una fórmula que nunca repite sin innovaciones. Su inteligencia, sus sentidos y su memoria diríase que estuviesen siempre incandescentes, no sólo para concentrarse en la exposición de sus obras mayores sino para registrar también, y escribir, los estímulos de sus lecturas, sus reflexiones ocasionales, sus experiencias menudas y las asociaciones que estos estímulos le provocaban. Y aunque estas Marginalia sean el cauce de su actividad mental y sensorial, nunca deja apuntes provisionales, que en ello suelen quedarse, sino que las escribe y de un tirón les da forma y unidad, aun en su pequeñez. No son, pues, comentarios de lo inmediato sino de lo que pasa por su mente, lee, recuerda y observa en sí mismo y en su mundo inmediato.
- MARGINALIA. TERCERA SERIE [1940-1959]
- ¡Al diablo con la homonimia!
- Premio “Manuel Ávila Camacho”
- Encuentros con Pedro Henríquez Ureña
- Carta a una Sombra
- Tributo en memoria de Menéndez y Pelayo
- Los cuentos de Rojas González en el cine
- La Gran Cruz de Núñez de Balboa, de Panamá
- José Gorostiza en la Academia
- A vuela pluma
- Treno para José Ortega y Gasset
- Divagación de otoño en Cuernavaca
- Carta a los amigos de Las Palmas
- Hombres del siglo XIX
- En el crepúsculo modernista
- El rescate de la persona
- Algo más sobre la novela detectivesca
- Un gran policía de antaño
- En torno al sofisma