La formación de los presbíteros -inicial o permanente- ha sido siempre una preocupación constante en la vida de la Iglesia. En la actualidad debe adaptarse a unos tiempos necesitados de presbíteros cualificados y competentes en su labor evangelizadora al estilo del Concilio Vaticano II.Desde el punto de vista moral al presbítero le corresponde tomar decisiones que a veces son extremamente complejas y para las que no siempre está preparado, lo cual dificulta llevar a cabo su misión. Recurriendo a la ética aplicada se pueden aportar imágenes y encontrar medios que alumbren su vida y enriquezcan su cometido profesional. Esta es la idea de base de esta obra que señala, en primer lugar, la peculiaridad de la vocación al ministerio ordenado que vista desde la Escritura y la Patrística adquiere unos contenidos teológicos de los que se derivan actitudes éticas fundamentales. Una vez puestos los cimientos, en la segunda parte se iluminan varias dimensiones de la vida y el ministerio del presbítero. Para ello se tratan en clave deontológica algunos aspectos de su triple misión: El gobierno que genera relaciones pastorales que exigen atención y cuidado desde el punto de vista del uso del poder y la autoridad, la administración de los bienes económicos y el cuidado de los más pobres, y la integridad afectivo/sexual; la enseñanza que se centra en la Palabra de Dios, aplicada comunitariamente por los medios de comunicación y difusión y personalmente en el acompañamiento; y la santificación por medio de los sacramentos en el ámbito celebrativo, privilegiando la atención a los enfermos. La orientación final sugiere la elaboración de un código ético propio como instrumento válido para la reflexión y el crecimiento moral. De ese modo se perfecciona la inquietud puramente espiritual en este ?arte de servir? a los demás, en la Iglesia y para el mundo.
Roberto Noriega OSA es Doctor en Teología, especialidad en Moral, por el Instituto Superior de Ciencias Morales (Universidad Pontificia de Comillas) y Máster en bioética. Es profesor en los centros agustinianos ETAV (Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid) y CTSA (Centro Teológico San Agustín) donde ha impartido Ética y deontología sacerdotal.Armoniza su labor académica con la experiencia en el campo formativo, en el que ha estado durante doce años, y el trabajo de pastoral parroquial en Portugal, Brasil, y actualmente en España.