El cristianismo se inició con las prédicas de Pablo de Tarso en Asia Menor. Con el teimpo, se fue adaptando a las oportunidades que ofrecía el momento histórico, empezando por soltar el lastre del judaísmo y del Apocalipsis, para adquirir las formas externas de la liturgia del Imperio Romano y, más tarde, para adecuarse a las formas sociopolíticas del mudno occidental.
- Índice
- Prólogo
- Capítulo I - Los pueblos sometidos
- La muerte política de Grecia
- De imperio de faraones a provincia romana
- Fin de los Macabeos, la última esperanza de Israel
- Una doctrina de resignación para la decadencia
- Capítulo II - El cristianismo antes de Cristo
- El mito es un espejo eterno
- La herencia externa
- Un monoteísmo indeciso
- Una contrarreligión revolucionaria
- Los misterios del Mediterráneo
- El redentor prometido
- El mito solar del dios salvador
- El banquete totémico
- Capítulo III - Los cristianos no cristianos
- Los iniciados
- El primer maestro de sabiduría
- Ptah Hotep, el visir sabio
- Zoroastro, la pureza
- Buda, la renuncia
- Confucio, el elegido
- Pitágoras, la salud del cuerpo y del alma
- Platón, la búsqueda del conocimiento
- Epicuro, la búsqueda de la felicidad
- Los terapeutas, sanadores de almas
- Filón de Alejandría, un cristiano sin Cristo
- La comunidad del Mar Muerto
- Los esenios, ascetismo y santidad
- Los gnósticos, la sabiduría
- La biblioteca copta de Nag Hammadi
- La Sabiduría tiene rostro de mujer
- Las enseñanzas del Maestro de Sabiduría
- Capítulo IV - Pero ¿quién fue Pablo de Tarso?
- Lo que cuenta su biografía
- Perseguidor de los cristianos
- Desertor del judaísmo
- Coetáneo de Jesús de Nazaret
- Cuatro viajes que fueron otras tantas odiseas
- De Jerusalén a Roma
- Sí, pero ¿quién fue Pablo de Tarso?
- Pablo, el gnóstico
- Pablo, el esenio
- Pablo y Tecla
- Las mujeres callen en las asambleas
- La enfermedad sagrada
- Capítulo V - Diseño de una religión rentable
- Un culto rentable
- El objeto del culto
- La línea a seguir
- El colectivo
- El apoyo social
- La captación
- El mantenimiento
- Las Epístolas
- El Apocalipsis
- Capítulo VI - Los seguidores de Pablo de Tarso
- Tiempo para el Mesías
- El primer evangelio
- Una iglesia disidente
- Lucas, el gnóstico
- Lucas, el ortodoxo
- Veinticuatro mil manuscritos
- El misterioso documento Q
- La misión de Marcos
- El cometido del cuarto evangelio
- Las profecías en los Evangelios
- Las contradicciones evangélicas
- Capítulo VII - Del Cristo de Pablo al Verbo encarnado
- El Verbo se hizo carne y después se hizo Dios
- El papel del Espíritu Santo
- Un dios y tres personas
- El lastre del judaísmo
- Otro lastre: la Parusía
- En busca del poder místico
- En busca del poder temporal
- No vine a traer la paz sino la espada
- La atracción del dios-hombre
- La paz de los dioses
- El camino de la intolerancia
- Persecuciones políticas, no religiosas
- Cristianos a los leones
- Un peligro para la paz de los dioses
- El juramento y la ley
- Capítulo VIII - Una religión a la medida del Imperio
- El último lastre
- Del episcopado democrático al monárquico
- Un competidor persa
- Las papeletas del cristianismo
- Un emperador cristiano
- Una negociación sustanciosa
- El coste de las negociaciones
- El camino directo al Imperio
- La santificación de lo pagano
- Un testimonio de primera mano
- La documentación de lo indocumentable
- Capítulo IX - Roma es nuestra
- La envidia no perdía de vista nuestros bienes
- De dioses a demonios
- De demonios a santos
- Un politeísmo encubierto
- Epílogo
- Obras de referencia
- Notas