¿Es lo mismo vivir que morir despierto? Vamos de la vida al sueño y del sueño a la vida en un camino cotidiano que parece de ida y vuelta, hasta que algo pasa y ya no hay más camino que andar. Hay muchas maneras de dejar de caminar, eso es lo que ha aprendido el Perla de su maestro: «Cuantas menos miradas de muerto recuerde, más tranquilo dormirá, mi hijo. Nunca mire a los ojos del hombre al que le vaya a quitar la vida».
Curtido en las calles de una ciudad que ya no existe, Julio, que sufre de narcolepsia, se inicia pronto en el mundo del narcotráfico, donde no es infrecuente recurrir al asesinato y al ajuste de cuentas. Por mucho que entre sueño y sueño quiera encontrar un hueco parecido a la vida, los límites se estrechan cada vez más, y hasta la culminación de su sorprendente apuesta final andará de un sitio a otro, siempre huyendo, siempre con el miedo a quedarse dormido o a despertar con un tiro en la cabeza.
A la vez camino de iniciación y thriller vertiginoso, Narcolepsia transita con una rara intensidad y magistral persuasión entre el sueño y la vigilia, como gran metáfora de la vida.