De día, Julie Fasano era la secretaria de Hunter Matthews, un guapísimo detective privado. De noche, se convertía en la dueña de los «besos misteriosos», una periodista a la que le habían encargado que besara a cien hombres y luego hiciera un reportaje sobre los resultados obtenidos. El problema era que a Hunter le habían encargado que averiguara quién estaba detrás de aquellos «besos misteriosos»... ¡y Julie debía ayudarlo en la investigación! Odiaba tener que mentir a su jefe, especialmente desde que había descubierto lo bien que besaba y había empezado a enamorarse de él; pero si él se enteraba de sus actividades nocturnas, quizá no fuera capaz de perdonar aquel engaño.