¿El hombre que había encontrado en su cama era quien decía ser?
Según decía él, era el famoso pirata Tyree St. James y llevaba doscientos años preso de una maldición. Fuera verdad o no, después de una sola noche en sus brazos, a Clara Fergussen no le importaba lo más mínimo quién fuera.
Tyree tenía la experiencia suficiente para saber que no debía permitir que ninguna mujer, ni siquiera la aventurera Clara, le atrapara el corazón. Al fin y al cabo, llevaba doscientos años considerando las consecuencias. Nada podría cambiar el hecho de que sólo le quedaba una semana... y cualquier mujer que se enamorara de él corría el riesgo de perder algo más que el corazón.