Era alto, guapo... y muy peligroso para ella.
Lily Andersen solo quería ser la mejor niñera que pudieran tener los adorables trillizos de los Brewster, pero resultaba muy difícil teniendo cerca a Chas Brewster. Era un hombre guapo y fascinante que quería a los pequeños de un modo que desataba los más básicos instintos de Lily.
Pero, por mucho que soñara con acercarse más a él, sabía que no era buena idea relacionarse con el jefe. Sin embargo, los besos le hicieron olvidar que su sitio no estaba entre los brazos de Chas...