Una historia de una mujer valiente y luchadora, una mujer que lo ha perdido todo excepto la esperanza de recuperar su antigua vida en un pazo familiar. La búsqueda de respuestas a importantes preguntas rigen esta historia de superación y mueven los hilos del destino de su protagonista.
El destino mezcla las cartas y nosotros las jugamos (Schopenhauer)
Galicia, 1912. Asolada por una tragedia familiar, Ada se ve sometida durante años a prostituirse, hasta que Néstor, un inocente joven, aparece en El Farolillo Rojo y ella ve la ansiada oportunidad para dejar para siempre el prostíbulo. Con ayuda de su red de contactos engaña a Néstor y le hace creer que ha ganado las escrituras de un pazo en una partida de póker.
Pero la partida no ha hecho más que empezar para Ada, y debe jugar sus cartas de una manera muy cautelosa si quiere recuperar su vida acomodada en el pazo de las Flores y volver al cultivo de los viñedos familiares. Y, ante todo, descubrir la causa del declive de su familia y los motivos por los que su madre fue asesinada tras la muerte de su padre.
Es una de esas novelas a dos tiempos que consiguen generar en el lector la satisfacción de ver como varias historias se van fundiendo en una sola, los secretos dejan de serlo y encontramos vencedores y vencidos. Una novela entretenida sin demasiados adornos y con una buena ambientación no solo por los parajes que describe, también por las muchas situaciones que la sociedad de la época trataba de esconder, ese qué dirán que nos hace reflexionar en lo mucho que hemos cambiado.
Libros Eris