Lo miró embriagándose de la magia que escondían sus ojos. Nunca pudo imaginar que bastaría aquel instante para empezar a escribir su historia.
Alessia abandona Madrid para irse a vivir con su hermano Nico a Cudillero. Ambos tienen que superar aún la muerte de su padre y en ese tortuoso camino los dos hermanos encuentran el amor.
Alessia conoce a Isaac, quien fue en un tiempo inseparable de Nico, aunque ahora apenas se soportan. Alessia deberá lidiar con la enemistad de los dos hombres más importantes de su vida, la sobreprotección de su hermano y sus propios temores. Un camino lleno de tropiezos pero alumbrado por un faro con el que es difícil perderse.