Había algo que deseaba aún más que la venganza… volver a tenerla en su cama para siempre.
El único deseo que sentía el billonario Stefano Moretti por su esposa, Anna, era el de venganza. Ella lo había humillado abandonándolo, de manera que, cuando Anna reapareció en su vida sin ningún recuerdo de su tempestuoso matrimonio, Stefano llegó a la conclusión de que el destino lo había recompensado con una mano de cartas ganadoras.
El plan de Stefano tenía dos etapas: una seducción privada que volvería a atraer a Anna a su tórrida relación, seguida de una humillación pública que igualara o incluso superara la que le había hecho padecer a él.