Su rudo vecino le alteraba el corazón con sólo mirarla. Pero cuando las amenazas demostraron que las pesadillas de la infancia de Sara Murdoch eran muy reales, Nat Anderson entró en acción. Y una vez que su hija y ella estuvieran a salvo, Sara se juró descubrir el misterio de por qué un hombre solitario como él sabía calmar todos sus miedos… cuando parecía que también la peor pesadilla de él había vuelto.