Escritos entre 1997 y 2003 (aunque hay algunos textos anteriores), los poemas de Nueva estación componen un nuevo ciclo en la trayectoria poética de Carlos Javier Morales. Si en los libros precedentes se tensaba un debate entre las carencias de esta existencia y la plenitud de la vida eterna, el poeta ha descubierto ahora la consistencia de este mundo y el gozoso disfrute que, en su limitación y fragilidad, puede proporcionarnos. Ya sea en un tono celebrador o elegíaco, hímnico o meditativo, la variedad de registros de este libro confirma una certeza fundamental: las contradicciones de esta vida pueden tener solución dentro de ella misma. De este modo, la existencia no es sólo elegía de un paraíso perdido o soñado, sino realidad positiva y anuncio de una realidad más plena.La mayor extensión de este volumen se debe al hábito del autor por guardar durante más de un año cada texto poético escrito, para comprobar, transcurrido mucho tiempo, si el poema sigue teniendo voz en sí mismo o si fue la mera transcripción íntima de un suceso biográfico. A la demora de cada uno de los textos ha seguido la demora del conjunto, que le ha permitido al autor hacer su ordenación definitiva de acuerdo con la coherencia y la variedad de estos poemas.