En su último viaje a Sri Lanka, Ramiro Calle no podía ni imaginar que, lo que en principio iba a ser una estancia renovadora de dos semanas de meditación, paseos por una naturaleza incomparable y sana comida ayurvédica, se convertiría en el inicio de una grave enfermedad que le llevaría muy cerca de la muerte.
A su regreso a España, el malestar se hizo tan insoportable que Ramiro, a pesar de sus múltiples reticencias, acabó finalmente siendo trasladado a Urgencias. Sería el comienzo de una auténtica agonía, pues la bacteria que le provocó la infección en el cerebro se camuflaba sin que los médicos pudieran identificarla, y le hizo permanecer veintitrés días en la UCI en una verdadera lucha a vida o muerte.
Una vez superada la enfermedad, el prolífico autor, en un ejercicio de máxima exigencia emocional, se atreve a rememorar los momentos vividos y a extraer enseñanzas de una situación tan extrema. Éste es, sin duda, su libro más íntimo, en el que además de sus reflexiones en torno a la enfermedad, incluye emotivos testimonios de las personas que le acompañaron en tan dura travesía.
- Agradecimientos
- El breve espacio en que no estabas
- Introducción
- 1. En el límite
- 2. Días antes
- 3. Comienza la aventura sin brújula para orientarse
- 4. El ingreso
- 5. El cerebelo
- 6. Cara a cara con la muerte
- 7. Miércoles 21 de abril
- 8. Jueves 22 de abril
- 9. Viernes 23 de abril
- 10. En la UCI
- 11. ¿Pesimismo, realismo?
- 12. Una historia sin subterfugios ni ambages
- 13. Si sobrevives un día puedes sobrevivir otro
- 14. Una lucha sin cuartel
- 15. Respira, respira, respira
- 16. Traqueostomía
- 17. El Faquir
- 18. Visitas
- 19. Luisa, mi shakti, mi compañera existencial, mi otro yo
- 20. Traslado a la sala colectiva
- 21. Sentimientos profundos y palabras sabias
- 22. Traslado a planta
- 23. Ecuanimidad y paciencia
- 24. Claridad mental
- 25. Averiguaciones
- 26.Vida en la planta
- 27. A casa
- 28. Más averiguaciones
- 29. Desde el ser y no desde el ego
- 30. Los días van discurriendo
- 31. Recuperación
- Epílogo
- Apéndice: poco más de dos meses y medio después de salir del hospital
- En recuerdo de Miguel Ángel Calle