«Ni siquiera el destino tiene el poder de impedir que continúen naciendo rosas blancas».
Posiblemente sea cierto el dicho de que la realidad supera a la ficción, porque no hay nada más emocionante que la vida misma; y este es el relato de esta novela, una historia que podíamos decir aquello de «basada en hechos reales», aunque no es así, pero su relato es tan natural que el lector se sentirá identificado con la historia de un gran amor, un amor que nos hace perder los papeles. Lo único que hoy queda sano y limpio en una sociedad apoyada en intereses y placeres instantáneos.