¿Será cierto que para encontrar al príncipe azul primero hay que besar a muchos sapos? ¿O tal vez será que el príncipe azul se acaba convirtiendo en sapo hasta que es su verdadero amor el que lo besa?
¿Quién necesita al amor? ¿Por qué las mujeres se empeñan en buscar el amor de su vida?
Mel es una mujer, a la que no le interesan esas cosas, ella prefiere pasárselo bien sin complicaciones.
No cree en la existencia del príncipe azul. El concepto le parece absurdo, estúpido, inverosímil. Sobre todo, perecedero: siempre termina convirtiéndose en sapo.
Ella vive así su vida, con sus amigos y de fiesta en fiesta, por lo que no tiene demasiadas complicaciones.
No obstante, la vida es traviesa y, un día, aparece algo, mejor dicho, alguien, que le hará tomar una decisión drástica que volatilizará los pilares de su existencia...
Todo adquirirá un aspecto nuevo. Su vida estrenará nuevos ropajes...
¿Cambiarásu existencia por algo que nunca quiso encontrar?