Solo una de las Moiras utilizó la seda.
Donora tiene que pagar un peaje por saltarse a la torera el puritanismo de la época, condenándose al peor infortunio que una mujer adoctrinada puede sufrir, no poder cumplir con el roll para el que estaban diseñadas las mujeres de de su tiempo.
Su liderazgo, sin embargo, va más allá, imprimiéndole un protagonismo para nada a medida con lo establecido y dotándola de un relieve que le confiere omnipresencia en toda la estructura del contenido.
Es un personaje contemporáneo en una sociedad patriarcal, que impone su hegemonía, para nada educacional, contra toda norma impuesta, haciéndose con el papel principal y encarnando el título, que enfatiza su importancia.