Si encuentras silencio, valdrá más que gastar energía innecesaria.
En un futuro mermado de población, estamos sometidos a unas normas de convivencia impuestas por los gobernantes. En Marte, la armonía con los sueños de la Tierra hace que gracias al Satélite dure treinta segundos la forma de holograma entre los Egoms y veamos reflejadas las contestaciones a las preguntas del Juego de las Charlas. En el rito de las diez, esperamos a que pase el Haz de Luz a las diez y media, sobrecogiéndonos al poder de la retroalimentación divina con el silencio.
Cuando aprendes a convivir en paz y armonía, el constante sosiego hace que las vueltas de la vida solo sean sueños. En Marte hacen lo posible por llevarse a un grupo de personas hacia el planeta rojo. En la Tierra, los vientos y las incesantes lluvias en épocas frías hacen que en el nuevo sitio sea posible la realidad de esos sueños que se comparten, y hagan posible encontrar la forma de llegar hasta allí.