«No estoy ya entre los vivos... ni los muertos. Mi alma está en un limbo».
En este tercer tomo de los cuentos, ¡se me ha puesto macabra la cosa! En el primer libro de estos relatos, hubo alguno que otro medio romántico; en el segundo hubo algunos tiernos pero envueltos en un romanticismo extraño, no se crean, como de un espejo que se enamora de la mujer que lo compra, pero muy bonito. Pero este... ¡madre mía!, hasta yo me asusto.
En esta obra ¡he salido a matar! Literalmente. Desde «La casa», «El mimo», «Muñeca de trapo», «Dos amantes» hasta «Niña de hotel», les garantizo que la van a pasar bien... o mal. Lo seguro es que no se van a aburrir.
Atrévanse, déjense atrapar por el misterio, la intriga, la ficción o la realidad, apabullante, delirante, casi real, casi creíble; y vivan con los personajes su realidad alterna, que puede que sea real. Después de todo, ¿quién define lo que es real o no?