Ella volvió. Él esperaba. Juntos lucharon.
Miña nena entrelaza la historia de la inmigración europea de los años 50 y la de millones que huyen por la frontera una vez abierta a todos.
El país de mis recuerdos con sus calles emergiendo tímidas en medio de la exuberante naturaleza, los sinuosos andares y ruidosas carcajadas con la santería conviviendo sin complejos con un ferviente catolicismo, al igual que lo hacen las distintas razas. Su ancestral tradición cacaotera cautivó a Rosa y Szabina llegadas de Galicia y Budapest, dedicándose al cultivo del fruto del placer, germinando además un amor juvenil entre Caterina y Henry, sus nietos.
Una historia de amor apasionante que lucha por sobrevivir en tiempos convulsos con el aroma del cacao suavizando cada encuentro y desencuentro. Enmarcada en la geografía gallega y la vibrante naturaleza venezolana, entre morriña y maracas. Dos familias que se sobreponen, reinventan y se crecen ante la adversidad.
Una novela para entender la humanidad sin juicios.