En mi afán por conocer y comprender los problemas, me gusta compartirlos con las personas que los ven desde otros puntos de vista, por que siempre percibes nuevos matices que perfilan más nítidamente tu aproximación a la solución. De igual manera me parece fundamental exponerlos y discutirlos con los que tienen otras especialidades implicadas en ellos. Este libro es el resultado de dicha actitud, casi a veces convertida en obsesión.
No es muy habitual que la amistad, la vida profesional y la docente coincidan y se mantengan fieles a lo largo de muchos años sin alterar una a la otra; esto es exactamente lo que ha ocurrido entre el artista Ikella Alonso, la historiadora/alumna Silvia Cossío y yo.
Llevamos prácticamente todo el tiempo que ha durado el proyecto de Investigación, ayudándonos mutuamente en nuestros trabajos, comentando los logros y los fracasos, compartiendo los buenos momentos y las frustraciones y, lo que es más importante, reflexionando y discutiendo continua y periódicamente sobre todas las ideas que en nuestro caso se centran en el arte, la arquitectura y principalmente en el diálogo de ambos.
Siempre tuve la impresión de que independientemente del talento, la profundidad o el acierto de todo lo aquí expuesto, que como siempre solo será el tiempo quien lo aclarará, las cuestiones planteadas eran lo suficientemente abundantes e interesantes como para que quedase alguna constancia de todo ello, pues estoy convencido, a lo mejor ingenuamente, que muchas personas pueden disfrutar, aprender y avanzar tanto como lo hemos hecho nosotros tres en todos estos años.