No estamos ante un informe médico, psicológico o científico –aunque contiene abundante material de ese carácter–, sino frente al testimonio ético y ejemplar de una experiencia humana generosa y valiente en el enfrentamiento lúcido del mal en sus peores expresiones que, mediante una vasta serie de testimonios, plantea asuntos fundamentales para la comprensión del pasado reciente y para el futuro de nuestra convivencia como nación. Es, además, un estudio particularizado sobre la herida psicológica, moral, espiritual y a menudo también física que produce en los seres humanos la muerte en circunstancias que carecen de lo que Freud llamó “trabajo de duelo”: la desaparición de personas, que ha afectado y sigue afectando en Chile a miles de personas, produce efectos no solo duraderos sino permanentes