En Argentina, con la recuperación de la democracia, creímos que la participación ciudadana era uno de los caminos a seguir para fortalecer el sistema representativo, pero la realidad nos devolvió otra imagen. La globalización económica, el fuerte individualismo y la descentralización del Estado como generador de la dinámica institucional, pusieron en juicio la capacidad de los sujetos como constructores de su hacer comunitario. Lo local pareció ser lo que había que fortalecer, el municipio debía ser quien llevara adelante las políticas necesarias para relacionar al ciudadano con el Estado. La ciudad de Villa María, no quedó ajena al mandato, mostrando desde la recuperación democrática, la necesidad de fomentar la participación. El proceso fue gradual y se generaron instrumentos legales de participación comunitaria. La pregunta que guió nuestra investigación fue: ¿Los instrumentos de participación se transformaron en orientadores de la gestión municipal, o sólo estuvieron presente en el discurso de los dirigentes?