Orillas del Sar

Orillas del Sar

  • Author: Castro, Rosalía de
  • Publisher: Linkgua
  • Serie: Poesía
  • ISBN: 9788498168075
  • eISBN Pdf: 9788499533643
  • Place of publication:  Barcelona , Spain
  • Year of publication: 2011
  • Pages: 166
  • Language: Spanish

Rosalía de Castro (1837-1885). España. Nació en Santiago de Compostela, hija de padres desconocidos. En su infancia demostró buenas actitudes para el arte. Se casó con Manuel Martínez Murguía, erudito cronista gallego y tuvo seis hijos. Rosalía nunca disfrutó de una buena salud. Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de Padrón. Todos sus hijos habían muerto antes que ella.

  • Cover
  • Title page
  • Copyright page
  • Sumario
  • Presentación
    • La vida
  • Orillas del Sar
  • Los unos altísimos
  • Era apacible el día
  • Una luciérnaga entre el musgo brilla
  • Adivínase el dulce y perfumado
  • Candente está la atmósfera
  • Un manso río, una vereda estrecha
  • Detente un punto, pensamiento inquieto
  • Moría el Sol, y las marchitas hojas
  • Del rumor cadencioso de la onda
  • Margarita
  • Sedientas las arenas, en la playa
  • Los tristes
  • Los robles
  • Alma que vas huyendo de ti misma
  • Cuando recuerdo del ancho bosque
  • Del antiguo camino a lo largo
  • Ya duermen en su tumba las pasiones
  • Creyó que era eterno tu reino en el alma
  • Ya siente que te extingues en su seno
  • No subas tan alto, pensamiento loco
  • ¡Jamás lo olvidaré...! De asombro llena
  • Unos con la calumnia le mancharon
  • En su cárcel de espinos y rosas
  • Ya no mana la fuente, se agotó el manantial
  • Cenicientas las aguas, los desnudos
  • Era la última noche
  • ¡Volved!
  • Camino blanco, viejo camino
  • Aún parece que asoman, tras del Miranda altivo
  • Cerrado capullo de pálidas tintas
  • En sus ojos rasgados y azules
  • Fue cielo de su espíritu, fue sueño de sus sueños
  • Te amo... ¿por qué me odias?
  • Nada me importa, blanca o negra mariposa
  • Muda la Luna y como siempre pálida
  • Nos dicen que se adoran la aurora y el crepúsculo
  • Una sombra tristísima, indefinible y vaga
  • Las canciones que oyó la niña
  • Su ciega y loca fantasía corrió arrastrada por el vértigo
  • En el alma llevaba un pensamiento
  • Cuando en las nubes hay tormenta
  • Desbórdanse los ríos si engrosan su corriente
  • Busca y anhela el sosiego...
  • Aturde la confusa gritería
  • Cuando sopla el Norte duro
  • De la vida entre el múltiple conjunto de los seres
  • Quisiera, hermosa mía
  • En mi pequeño huerto
  • Todas las campanas con eco pausado
  • Siente unas lástimas
  • De la noche en el vago silencio
  • A la sombra te sientas de las desnudas rocas
  • En los ecos del órgano o en el rumor del viento
  • Santa Escolástica
  • Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros
  • Cada vez que recuerda tanto oprobio
  • Recuerda el trinar del ave
  • Del mar azul las transparentes olas
  • Si medito en tu eterna grandeza
  • Los que a través de sus lágrimas
  • Mientras el hielo las cubre
  • Pensaban que estaba ocioso
  • Brillaban en la altura cual moribundas chispas
  • Son los corazones de algunas criaturas
  • Al oír las canciones
  • Vosotros que del cielo que forjasteis
  • A la Luna
  • Yo en mi lecho de abrojos
  • Con ese orgullo de la honrada y triste
  • Viéndome perseguido por la alondra
  • De repente los ecos divinos
  • Si al festín de los dioses llegas tarde
  • La palabra y la idea... Hay un abismo
  • Los muertos van de prisa
  • A sus plantas se agitan los hombres
  • Era en abril, y de la nieve al peso
  • Prodigando sonrisas
  • Las campanas
  • En la altura los cuervos graznaban
  • Ansia que ardiente crece
  • Aunque mi cuerpo se hiela
  • A las rubias envidias
  • De este mundo en la comedia
  • Triste loco de atar el que ama menos
  • Justicia de los hombres, yo te busco
  • Sed de amores tenía, y dejaste
  • Sintiéndose acabar con el estío
  • Una cuerda tirante guarda mi seno
  • ¡No! No ha nacido para amar, sin duda
  • Al caer despeñado en la hondura
  • Desde los cuatro puntos cardinales
  • Aún otra amarga gota en el mar sin orillas
  • En incesante encarnizada lucha
  • Glorias hay que deslumbran, cual deslumbra
  • ¡Oh, gloria!, deidad vana cual todas las deidades

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