En mayo de 1917, Manuel Magallanes Moure tiene treinta y ocho años. Ya era un escritor exitoso y la cordillera es su lugar de descanso. Es padre de Mireya, su única hija, que entrará próximamente a la adolescencia. ¿Cómo compatibilizar sus ansias de aislamiento y libertad con su ineludible responsabilidad de padre educador y formador? El derecho a la privacidad, Artzybashev, las ilusiones y el destino de ser uno mismo son los temas que trata el artista en sus cartas.