Los nombres anónimos del aula recogen las características del alumnado de nuestro sistema educativo; adolescentes inquietos, despegados del interés por el esfuerzo en un proceso que ven como algo ajeno y que, en ocasiones, acompañan con un descuido por todo lo que los rodea: normas, instalaciones, respeto al profesorado, etc. Sin embargo, detrás de cada nombre, hay una persona con su identidad y emociones propias, que puede aportar algo a su propio aprendizaje y, dándole la oportunidad de hacerlo, a toda su comunidad educativa. Quizás sea la gran apuesta del proyecto Sin ti, ¿qué hacemos? La sociedad en su conjunto pone de manifiesto su queja por la falta de responsabilidad de nuestros estudiantes, quienes rara vez tienen ámbitos donde poder ejercerla. El alumnado puede y debe ser protagonista de su aprendizaje y el papel del docente cobra todavía más relevancia. El proyecto ¿Sin ti, ¿qué hacemos?¿ recoge su esencia, que lo más importante de los docentes es lo que les convierte en lo que son: su alumnado.