Abordar hoy la teoría de género, tras varias décadas de reflexión sobre todo en América Latina, implica atender a la historicidad y polisemia que la caracterizan y además, a la liminaridad que continúa definiéndola, tanto en términos institucionales como teóricos, pues se trata de un corpus que no sólo es muy dinámico, sino que está en proceso de conformación. Los ensayos que aquí presentamos constituyen tentativas críticas y escriturales que retoman diversos aportes, dejando ver que las teorizaciones de género no sólo no presentan un desarrollo lineal y progresivo, sino que constituyen, más bien, genealogías –redes, entramados– que se articulan en un diálogo productivo, complejo y no siempre armónico, entre saberes y prácticas elaborados localmente y, a su vez, entre éstos y las ideas que provienen de las teorías metropolitanas. Por otra parte, han sido seleccionados buscando acercar la mirada de distintas generaciones críticas, bajo el entendido de que una reflexión genéricamente situada no puede eludir y, por el contrario, debe asumir productivamente, tanto el problema del traspaso del conocimiento acumulado, como el de la escucha y apertura que democráticamente se debe a lo que los y las más jóvenes tienen para decir y proponer.