María Zambrano, desde su dramática experiencia de exiliada, analiza el fenómeno del exilio y descubre en él los caracteres definitorios de la naturaleza humana. Su maestro Ortega había dicho «yo soy yo y mis circunstancias»; cuando éstas le son arrebatadas, el hombre en su soledad toma conciencia de las nervaturas de su existencia, que hemos venido en llamar «los existenciarios» del ser humano. Advierte que la patria no es algo que quedó atrás, sino que la lleva consigo, es su entraña y, situado al margen de los meandros de la historia, advierte con más claridad su recorrido y sus crisis como cascadas que la precipitan a otro nivel de la historia. El estudio de la filósofa veleña no sólo es valioso por la profundidad de su análisis y por la belleza de su estilo literario, sino porque es testimonio de su vida en el momento más eficaz de su producción filosófica. Se recupera con esta publicación una obra inacabada que Zambrano usó como una cantera para publicaciones posteriores.