Esta novela se adentra en la ciencia ficción más clásica y, respetando los límites del género, plantea una diferencia fundamental. Aunque se vale de recursos que resultan atractivos para el lector adiestrado, el texto se despliega en varias direcciones hasta convertirse en una verdadera metáfora de la conversión que puede experimentar el mundo debido a las acciones humanas. El autor, siendo desde pequeño un gran observador de su entorno, es consciente que el planeta hoy se enfrenta a grandes cambios. A partir de esa premisa, construye una novela de género, entretenida y ágil, llena de acción, romance y con un fuerte mensaje para reflexionar sobre las conductas del hombre que, aunque parezca consciente del daño que se inflige, no logra cambiar su comportamiento, lo que lo lleva a la autodestrucción.