Yo los vi. Tirar balas desde el techo entretejido de la cárcel manicomio a los locos que caminaban por el patio. Sus cuerpos de odio. Las escopetas en sus manos temblar como si estuvieran cazando pájaros. Vi sus zapatones negros crujir de muerte, yendo de uno a otro lado de las cornisas. Las risas por el miedo engendrado desprovistas de culpa. El sadismo en sus dientes durante una requisa. El sudor en el bozo por la tarea cumplida. Los vi esposar a un niño. Rodearlo con sus corpachones entre cinco. Sacarle sus zapatillas. Gritarle en los oídos. Los vi revisar su cuerpo a manotazos. Obligarlo a hablar. Encerrarlo.