El progreso, la ley, el alma, Dios, la Revolución Francesa, Waterloo, el idilio amoroso, la prisión, el contrato social, las barricadas de 1832, el crimen, las cloacas de París… todo tiene cabida en esta monumental novela. Y, como su título indica, todo gira en torno a la palabra "miserable", pues Víctor Hugo distingue entre los miserables hijos de la degradación material, aquellos que nada tienen salvo su dignidad.