La influencia de Bécquer en Hispanoamérica es una verdad documentada desde finales de la década del sesenta del siglo XIX, una verdad ignorada por muchos y malinterpretada por otros. Para aclarar los motivos, la extensión y la intensidad de esta influencia, Ángel Esteban reconstruye minuciosamente la becqueriana huella en la poesía hispanoamericana de finales del XIX. Bécquer pudo formar parte de un Romanticismo típico si hubiera nacido unas décadas antes, y habría entrado de lleno en un Modernismo consolidado si lo hubiera hecho antes. Esta atipicidad de Bécquer favoreció su mejor comprensión por parte de los poetas modernistas. Los únicos capaces de juzgar con objetividad la lírica becqueriana fueron aquellos que, como él, se constituyeron en adelantados de la nueva sensibilidad moderna y que, ajenos a fobias y a filias, vieron su aspecto distintivo e intentaron atajar la epidemia de becquerismo: ellos son los modernistas, que no sin razón se gloriaron de ser los recuperadores de la figura del sevillano.