En un dedicado trabajo de recopilación, el autor presenta en este libro las cartas de Wanda Morla, transformándolas en una interesante novela epistolar que muestra el ambiente cultural de principios de siglo XX. Esta obra nos pone ante la figura de una joven culta, sensible y aguda observadora, que con ocasión de un concierto en París reencuentra accidentalmente a Domingo Santa Cruz Wilson, de paso hacia Madrid. Wanda ha llegado con su madre, Luisa Lynch, en un viaje ocasionado por el quebranto de su único romance juvenil. Escéptica, declara a su hermana Ximena que no es el orgullo sino la dignidad lo que la aleja de la idea de casarse, porque la gente en general se casa para no quedarse sola. A la amistad surgida durante esos conciertos siguen sus cartas, en las que lo mantiene informado de las actividades musicales a que concurre en el medio privilegiado de su familia. En ellas nos toca ser testigos del desarrollo de una relación, al comienzo formal, que va cambiando a medida que avanza la correspondencia, hasta que la visita que hace a Madrid les permite develar sus sentimientos, declarar su amor y decidir casarse. Tenemos el privilegio de conocer ese amor tan fuerte y transparente en las cartas que su destinatario conservó devotamente y que ahora, transcurrido casi un siglo, salen a la luz pública.