La novela española aparecida desde los primeros años del siglo XIX hasta el año de la revolución burguesa de 1868, no ha sido, de una manera general, suficientemente tomada en consideración por la crítica. Sin embargo, se puede demostrar que, antes del Romanticismo, se formaron varias tendencias novelescas: moral y educativa, sensible y sentimental, de terror, anticlerical, etc., que unidas a la novela histórica, las manifestaciones del costumbrismo y la gran floración de la novela por entregas, animarían una vida novelesca y una producción que iban a servir de pórtico a la gran novela realista del siglo XIX.