La aventura del silencio ha sido emprendida por diferentes tipos de personas a lo largo de la historia. En la actualidad, hay educadores que descubren lo vacío de sus palabras cotidianas: entonces acuden a la fuente donde brota la palabra limpia y fresca: el silencio. Llega un momento también, en la vida de los orantes, que el corazón suspira por la presencia y la figura de Dios, en palabras de san Juan de la Cruz: entonces se comienza a transitar por un camino sin camino: el silencio. En definitiva, es la llamada a ir más allá de lo que se ve y se toca, de lo que se piensa y se sabe. Este es el horizonte y la práctica silente donde se ha movido la autora del libro y lo que ha querido compartir como inspiración para aquellos que sienten este mismo anhelo. Quien decide atreverse con Dios, estar con Él, mirarle y dejarse mirar, escucharle sin interferencias, bajar al corazón descubrirá en estas páginas las dificultades y facilidades que va a encontrar en ese camino. Deberá enfrentarse con la paciente tarea de acallarlo todo para escuchar lo que Dios habla al corazón. El fruto será una luz nueva junto al amor renovado hacia los hermanos, especialmente los más necesitados. El libro está prologado por Jaume Boada.