Este ensayo se sitúa deliberadamente entre la teoría de la sociedad y la reflexión literaria, apuntando hacia un terreno común de crítica cultural. Su punto de partida es que, especialmente en el siglo XX, el pensamiento social y la literatura constituyen voces mayores cuyo entrecruzamiento configura, de forma poderosa, la conciencia de época. Ejemplos de ello serían el diálogo implícito entre la Escuela de Frankfurt, Orwell y Huxley, o entre la utopía conductista de Skinner y la sátira política del Burgess de La naranja mecánica. Otras veces las facetas crítico-social y literaria confluyen en personajes únicos, como en los casos de Thomas Mann y Francisco Ayala. Éstos son algunos de los momentos relevantes de «voces cruzadas» que el libro repasa ―junto con recuerdos de Durkheim, Max Weber, Simmel, Ortega y Gasset, Unamuno, Schutz, Camus, Aron, Dahrendorf o Althusser―, antes de concluir con una meditación sobre el Holocausto escrita al hilo del éxito mundial de Las benévolas, de Jonathan Littell.