Isla de Pascua representa una experiencia singular para Chile. De a poco los chilenos trajeron sus oficinas y su acción estatal y con ello, trajeron también la escuela. En la isla había cientos de niños que no hablaban castellano ni tenían claridad de qué era eso que se llamaba Chile (Tire), el dueño de la bandera que ondeaba en la isla. La escuela instalada por este país se encargó en gran medida de dejarles claro de qué se trataba ese territorio continental, cuál era su lengua, su cultura y su historia. Este libro recorre esa historia, la historia de una colonización y del rol que la escuela chilena ha jugado en ella.