"Una de las más bellas tardes de diciembre tocaba á su fin.
Era una de esas tardes apacibles de las tierras cálidas, en las
cuales el viento vuela perfumado con el aliento que arrebata á
los jazmines en flor y á los ramos cargados de azahar: en que el
aire está poblado de suspiros y la brisa de voces misteriosas; el
cielo azul sin una sombra y el horizonte inmenso, despejado.
¡Tardes americanas, siempre bellas! ¡Tardes de mi país, llenas
de perfumes y de luz!"