El agente Jason de Sanges, un hombre alto y moreno, despertaba todo tipo de fantasías en Poppy Calloway. Sin embargo, todas sus fantasías se fueron al traste cuando ella sugirió que los tres adolescentes grafiteros a los que habían atrapado manchando las paredes de un barrio de Seattle prestaran un servicio a la comunidad. El agente se negó diciendo que lo único que él quería era verlos pagar por lo que habían hecho.
Debido a que los hombres de su familia habían estado entrando y saliendo continuamente de prisión, Jason había crecido en hogares de acogida. Sabía lo que le pasaba a uno cuando cruzaba la frontera de la ley. Y también podía imaginar lo que le ocurriría si no era capaz de controlar su deseo por la sexy e irresistible Poppy, una mujer que le desafiaba en todos los sentidos...