La reflexión sobre la modernidad a través del estudio de la evolución de las ideas, la literatura y el arte es esencial para la historiografía contemporánea. Pone de relieve la complejidad de la vida histórica, e invita a pensar que el saber histórico debe comenzar por reconocer su propia provisionalidad y lo mucho que tiene de incertidumbre. (Editor)
"Como señala en un pasaje, Fusi es de la opinión de que un gran historiador no debe permitir que la vida académica monopolice todas sus preocupaciones y él, desde luego, ha sabido compatibilizar sus ocupaciones docentes con puestos de relieve en la vida cultural.
También con una constante atención a los problemas actuales en los medios de comunicación, muy especialmente los planteados por el nacionalismo vasco. El trabajo que ahora nos ocupa agrupa cuatro textos en los que actúa como hilo conductor la difícil lucha que el hombre que ha tenido que sostener el ser humano para defender su libertad en el siglo XX. Estos textos participan de un mismo aliento liberal que ha buscado subrayar las huellas de la afirmación de la libertad individual en un siglo amenazado por totalitarismos que aún no se pueden considerar desaparecidos. En dos de los textos Fusi demuestra una indudable maestría para comprimir en pocas páginas las líneas magistrales que ayudan a entender el pasado siglo desde la perspectiva de la cultura, tanto en el escenario europeo como en el español.
Para el primer caso utiliza la herramienta interpretativa de la modernidad y sus reformulaciones; para el caso español, la evolución de la vida cultural se mueve en cuidado equilibrio entre esos referentes europeos y los condicionamientos impuestos por nuestras peculiares circunstancias políticas. Los cuarenta años de franquismo reciben una interpretación muy equilibrada. La acumulación de nombres y títulos produce una cierta sensación de vértigo, pero revela unas excepcionales condiciones para la síntesis. El mejor Fusi aparece en los capítulos dedicados al historiador Lewis B. Namier y al escritor George Orwell. El primero, académico de origen polaco, se distinguió en la denuncia del totalitarismo nazi, en la defensa del movimiento sionista y en la realización de una obra historiográfica considerada revolucionaria, en la que el intento de comprender en su plenitud los comportamientos individuales le llevaba a despreciar los horizontes reduccionistas de algunas escuelas empeñadas en primar los elementos estructurales frente al imprevisible despliegue de la libertad individual.
También George Orwell se movió en la línea de defensa del individuo aunque fuese desde un socialismo que él concebía comoun ideal justicia y libertad. Desde este postulado, y con la experiencia de la guerra civil española, no resultó extraño que se empeñara en un duro combate contra el totalitarismo comunista, al que acusaba de haber traicionado la revolución, y contra la distorsión de la verdad originada por la propaganda comunista. La novela 1984 se convertiría así en obra culminante de uno de los más influyentes escritores del siglo XX en su lucha contra los totalitarismos y contra la deshonestidad intelectual de algunos." Octavio RUIZ-MANJÓN | El Cultural Electrónico, Publicado el 17/06/2004