En este libro se analizan y se discuten las últimas bazas del intelectual llamado un día apocalíptico, y también las que emplea el nuevo intelectual integrado, en relación con una también remozada neotelevisión. Esa enemiga íntima suscita ahora nuevas angustias y nuevas esperanzas. Unos denuncian la atrofia de la percepción y de la imaginación, el cinismo disolvente, la invasión de los simulacros, el compulsivo "zapeo" en un océano de irrelevancia. Otros defienden la estimulante fabulación de todos los mundos, la cordial ecúmene tecnológica, la quiebra de ominosos cielos ideológicos.