Uno de los grandes temas de la política es reconocer cuándo hay un cambio de época, cuándo irrumpe lo nuevo, qué procesos preparan ese movimiento. Marx pensó en estas cuestiones usando la imagen del topo: ese bichito miope, enfermo y frágil, pero dotado de una gran paciencia y obstinación, que cava túneles bajo la tierra y, cuando menos se espera, abre una brecha y sube a la superficie. Emir Sader retoma esta metáfora para definir el propósito mismo de su libro: El nuevo topo explora los recientes procesos de transformación social en América Latina y rastrea las formas concretas que asume hoy la lucha anticapitalista. Para ello analiza los gobiernos de la región y los escenarios políticos actuales pasándolos por un tamiz crítico y esclarecedor. De allí surgen preguntas urgentes: ¿en qué medida esos gobiernos trabajan en la creación de un orden posneoliberal?, ¿cómo se articulan los frentes opositores de derecha y de izquierda?, ¿cómo diseñar una estrategia de poder en sentido progresista y un proyecto regional sólido? Sobre El nuevo topo, Álvaro García Linera, sociólogo boliviano, ha escrito: “Sader, evaluando el largo recorrido de las estrategias de poder del último siglo, nos convoca a abandonar la comprensión del presente desde los deseos o las ausencias, que dan lugar a los voluntarismos vanguardistas o a los pesimismos paralizantes, y nos reta a sumergirnos en la comprensión militante del ‘movimiento real que se desenvuelve ante nuestros ojos’. Movimiento real de luchas, porque es ahí y sólo ahí donde se esconde el ‘viejo topo’, es decir, el sujeto de la actual potencia emancipadora anticapitalista. Comprensión militante, porque ésa es la única fuerza intelectual productiva que puede impulsar las articulaciones y organizaciones necesarias para que la potencia devenga en hecho, en estrategia de poder”.