Dos Estados se confrontan entre sí para tratar de solucionar los problemas más apremiantes de sus gentes: El Estado Natural (Democracia con Dios), y El Estado Jurídico (Democracia sin Dios). El primero exige la garantía de los derechos naturales, como vinculo fraternal entre la lógica de los hombres y la razón que proviene del Todopoderoso, el cual es Representa-do por leyes legítimas. La verdad es la Razón, la lógica es cambiante. El segundo (Estado jurídico) nace de la concepción ideológica de los hombres, el cual se contrapone a la responsabilidad natural del Estado, obedece a implementar políticas públicas fuera del con-texto doctrinario de la naturaleza de la Democracia, atentando contra el bienestar de los hombres, reprimiendo a su pueblo y obligándolo a actuar en contra de su consciencia, lo que lo convierte en su verdugo. Estos Diez Mandamientos como obra literaria con-mueven al ser humano desde su concepción al frente de su rol en la sociedad, lo juzga o lo premia, y concientiza la moral humana desde el origen de los tiempos. Colombia es un Estado Fallido por esto, porque sus leyes no obedecen a la pureza de sus ideales sino al compromiso con el capitalismo salvaje, atentando contra la dignidad del constituyente primario. El poder debe volver al pueblo, de donde nunca por naturaleza debió salir.