¿De dónde viene el gusto por las tragedias? ¿Por qué interesa y hace experimentar un goce estético la contemplación de la desdicha y el infortunio ajenos? Entre otras razones, cabe considerar que esas grandes obras dicen algo fundamental acerca de la vida humana y muestran posibilidades de comportamiento ante la desgracia por parte de hombres ejemplares. Además, permiten contemplar un mundo rico y extraordinario: vivir otras vidas para cuya experiencia no habría tiempo ni tal vez energía. En todo caso, educan, enseñan, muestran una verdad. Y hay un placer en todo aprendizaje, como reconoce Aristóteles en la Poética. Este libro trata de la esencia de la tragedia, de su carácter filosófico y del tipo de conocimiento que puede aportar. Se estructura en tres partes. La primera intenta definir una filosofía u ontología trágica y se centra en los afectos y en las formas de reflexionar sobre ellos. La segunda se ocupa con la tragedia y sus pretensiones de verdad. La tercera, que da título al ensayo, analiza a través de distintos autores las pasiones trágicas del miedo y la compasión.