El sol se pone sobre los bosques de Esparta. Un alarido repentino rompe el silencio. Los gritos pertenecen a una muchacha que implora ayuda. Los primeros en socorrerla son Apolófanes y Filoxena. El joven e ingenioso mercader y la fascinante filósofa están allí de viaje. Cuando la mirada de Filoxena se cruza con la de la chica, no puede creer lo que está viendo: es la hija de su hermano, a quien hace años no ve. TAmbientada en una ciudad guerrera, maltrecha por el hierro y el fuego, Andrea Maggi atrapa al lector con una apasionante novela histórica con un protagonista inteligente y astuto que no se detiene ante nada y una mujer independiente que quiere escribir su propio destino.
- PRÓLOGO
- En el que Apolófanes anuncia el final inminente
- CAPÍTULO I
- Algún tiempo antes, la carta
- CAPÍTULO II
- En el que Heracles se enfrenta a la Hidra
- CAPÍTULO III
- En el que la educación está en la base de todo
- CAPÍTULO IV
- En el que se rechaza el justo tributo al dios
- CAPÍTULO V
- En el que se advierten dos coincidencias y una omisión
- CAPÍTULO VI
- En el que Apolófanes recibe el sello de Polidoro
- CAPÍTULO VII
- En el que Filoxena conoce la otra mitad de Esparta
- CAPÍTULO VIII
- En el que se presenta una visita inesperada
- CAPÍTULO IX
- En el que Apolófanes visita un pueblo de ilotas
- CAPÍTULO X
- En el que Tisámeno explica la razón de su destierro
- CAPÍTULO XI
- En el que se inspecciona el templete de Heracles
- CAPÍTULO XII
- En el que se abate una tempestad sobre Apolófanes
- CAPÍTULO XIII
- En el que una piedra busca su quietud
- CAPÍTULO XIV
- En el que se descubre un delito
- CAPÍTULO XV
- En el que quien no es espartano no puede llegar a serlo
- CAPÍTULO XVI
- En el que se comprende realmente a duras penas a las mujeres
- CAPÍTULO XVII
- En el que Filoxena debe mirar «por su propio bien»
- CAPÍTULO XVIII
- En el que Aristolco invoca un remedio extremo
- CAPÍTULO XIX
- En el que la carcoma no infesta todas las vigas
- CAPÍTULO XX
- En el que sucede lo imprevisto
- CAPÍTULO XXI
- En el que Agistrata se alinea en defensa de su padre
- CAPÍTULO XXII
- En el que las cuentas no salen
- CAPÍTULO XXIII
- En el que el corazón es la caja de la inteligencia
- CAPÍTULO XXIV
- En el que una deuda es una promesa
- CAPÍTULO XXV
- En el que Heracles y Yolao derrotan a la Hidra
- CAPÍTULO XXVI
- En el que se saca agua de la fuente
- CAPÍTULO XXVII
- En el que el gorrión nacido libre no quiere quedarse en la jaula
- CAPÍTULO XXVIII
- En el que se arrojan pelotillas de miga de pan a un jarro
- CAPÍTULO XXIX
- En el que se implora ayuda para Agesistrata
- CAPÍTULO XXX
- En el que se recuerda la cordura de Glauco
- CAPÍTULO XXXI
- En el que se excava una fosa en el bosque
- CAPÍTULO XXXII
- En el que un ejército invade Esparta
- CAPÍTULO XXXIII
- En el que la esperanza es una luz tenue, pero es una luz
- CAPÍTULO XXXIV
- En el que la estrategia es femenina
- CAPÍTULO XXXV
- En el que se busca bajo los escombros
- CAPÍTULO XXXVI
- En el que se juzgan las bellas acciones
- CAPÍTULO XXXVII
- En el que es siempre mejor conservar las cosas
- EPÍLOGO
- Lo que nadie sabrá jamás