En nuestros días, aprovechado el cambio climático, un presidente estadounidense se ofrece a comprar Groenlandia, y un presidente ruso se felicita porque la desaparición de los hielos puede abrir permanentemente para la navegación el mítico Pasaje del Noreste. En 1889, en Del revés, el experto en cálculo J. T. Maston y sus socios del Gun Club, que ya habían emprendido las temerarias aventuras de De la Tierra a la Luna y Alrededor de la Luna, encuentran financiación en una millonaria de Baltimore para emprender otro singular proyecto: cambiar el eje de la Tierra para derretir parte del Polo Norte y así poder explotar sus yacimientos de hulla. Nadie sabe cómo lo harán ni desde dónde, pero, después de una subasta pública en la que se les adjudican las tierras árticas nunca exploradas por encima del paralelo 84º, secretamente se ponen manos a la obra. Pronto, sin embargo, para espanto del mundo entero, se conocerán las consecuencias catastróficas para el planeta: fin de las estaciones, océanos y mares vaciados, países inunda-dos, otros tan elevados que casi será imposible respirar… ¿Conseguirá alguien detener tan descabellado propósito? Jules Verne fue visionario en muchas cosas: también en el agotamiento del combustible mineral y en el cambio climático; y no vaciló en atribuir la responsabilidad a la codicia de las naciones. En esta novela aventurada y sardónica el protagonista no son los personajes, sino la Tierra.
- Nota al texto
- I. Donde la North Polar Practical Association publica un documento destinado al Viejo y al Nuevo Mundo
- II. Donde los delegados inglés, holandés, sueco, danés y ruso se presentan al lector
- III. Donde se adjudican las regiones del Polo Ártico
- IV. Donde reaparecen viejos conocidos de nuestros jóvenes lectores
- V. Veamos, ¿se puede dar por sentado que en el Polo Norte hay yacimientos de hulla?
- VI. Donde se ve interrumpida una conversación telefónica entre Evangelina Scorbitt y J. T. Maston
- VII. Donde el presidente Barbicane dice solo lo que le conviene
- VIII. «¿Como en Júpiter?» ¿Eso ha dicho el presidente del Gun Club?
- IX. Donde hace su aparición un Deus ex machina de origen francés
- X. Donde empiezan a aflorar motivos de inquietud
- XI. Lo que dice el cuaderno de J. T. Maston, y lo que ha dejado de decir
- XII. Donde J. T. Maston sigue guardando un heroico silencio
- XIII. Donde J. T. Maston acaba dando una respuesta verdaderamente épica
- XIV. Muy breve, pero donde la x adopta un valor geográfico
- XV. Con detalles de máximo interés para los habitantes del esferoide terrestre
- XVI. Donde el coro de disconformes sigue crescendo y rinforzando
- XVII. Lo que se hizo en el Kilimanjaro durante ocho meses de aquel año memorable
- XVIII. Donde la población del país de los masái espera a que el presidente Barbicane diga: «¡Fuego!» al capitán Nicholl
- XIX. Donde J. T. Maston quizá lamente el día en que el gentío quería lincharle
- XX. Que pone fin a esta curiosa historia, verídica a la par que inconcebible
- XXI. Muy breve, pero totalmente tranquilizador para el futuro del mundo
- Capítulo suplementario por el que pocas personas mostrarán interés
- Notas
- Créditos
- ALBA
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