A veces es necesario dejarse llevar... y cometer los más alocados errores.
Anne Mayers era la corrección en persona. Era cariñosa, alegre, servicial y siempre esta disponible para todo y para todos. Le encantaba sentirse útil y ser de ayuda... Pero, ¿qué era de su propia vida?
Ah, esa también era correcta. Tenía un novio que era perfecto y estaba a punto de comenzar una vida que también lo era. Junto a él.
Pero el destino, como siempre, es travieso...
Cuando Anne menos se lo espera, su vida se vuelve del revés y le hace replantearse su filosofía de vida. ¿Para qué tanto romanticismo? ¿Para qué tanta perfección? ¿Por qué esperar siempre ese momento maravilloso, cuando a nadie le importas un pepino?
Así que Anne se pone el mundo por montera... y se permite cometer un error.
Aunque puede que ese error sea, a fin de cuentas, el más oportuno.