Lo único que el dinero de aquel ruso no podía comprar era a ella
El despiadado Serge Marinov pensaba que la deslumbrante sonrisa y el cuerpo voluptuoso de Clementine Chevalier podían provocar verdaderos disturbios. Era tan cautivadora que eran necesarias ciertas reglas: él le daría noches de placer, pero a la luz del día de San Petersburgo desaparecería.
Serge era la fantasía secreta de Clementine hecha realidad, pero ella no estaba interesada en el dinero, así que puso ciertas condiciones: no sería su amante hasta que le demostrara que era algo más que un capricho pasajero para él.
- Créditos
- Capítulo 1
- Capítulo 2
- Capítulo 3
- Capítulo 4
- Capítulo 5
- Capítulo 6
- Capítulo 7
- Capítulo 8
- Capítulo 9
- Capítulo 10
- Capítulo 11
- Capítulo 12
- Promoción