Después de pasar toda su vida en la selva panameña, Destiny se dirigía a Londres a reclamar su herencia: ¡un negocio valorado en millones de libras!
Pero se encontraba perdida y totalmente insegura en el desconocido mundo de los negocios internacionales, y el despiadado y guapísimo magnate Callum Ross no la ayudaba a hacer las cosas más fáciles. Él estaba empeñado en comprar una empresa que ella se negaba a vender. Así que, para Callum, solo había una opción: fusionarse a través del matrimonio.